Las enfermedades cardiovasculares (ECV) ocupan en México desde hace varias décadas la primera causa de muerte. De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) anualmente mueren 250 mil mexicanos por esta situación, y su impacto social como económico es indiscutible, sobre todo si se considera que afectan a hombres y mujeres en edad altamente productivas.
Aunque la mortalidad por infarto ha disminuido gracias a los avances médicos y a la atención oportuna –anteriormente el infarto podía matar al 50% de los afectados y ahora se calcula que sólo fallecen el 10%- los sobrevivientes requieren atención de por vida lo que implica mucho gasto.
«Se estima que el gasto en salud de la atención a las enfermedades del corazón fue de 7 mil 949 millones de pesos (397.5 millones de dólares –MDD-) al año, sin contar con los gastos de rehabilitación, por lo que de continuar con esta tendencia, no habrá presupuesto que alcance», expresó el Dr. Héctor Hernández y Hernández, Presidente de la Alianza por un Corazón Saludable.
Por ello, la imperiosa necesidad de fortalecer la educación al paciente y la capacitación al personal médico con acciones preventivas de este padecimiento.
José Manuel Enciso, Presidente de la Asociación Nacional de Cardiólogos de México, informó que durante la Semana Nacional del Corazón que se realiza la última semana de septiembre, se implementarán acciones dirigidas por la Secretaría de Salud como medición y detección de factores de riesgo (presión arterial, niveles de glucosa y colesterol) en todos los centros de salud a nivel nacional.
Indicó que «debemos fortalecer la concientización a la población en general de que tiene que cuidarse de las enfermedades cardiovasculares, que se pueden prevenir de manera muy sencilla con una alimentación sana y con ejercicio, porque de lo contrario seguirán ocupando los primeros lugares en causas de fallecimiento.
Agregó que los cambios en el estilo de vida son los que han favorecido el incremento de estos padecimientos «Desde la década de los 80 la vida es más sedentaria, se consumen muchas grasas con alto contenido en sal, por lo que hay un aumento de obesidad, hipertensión, colesterol y se ha duplicado la diabetes, que afectan nuestra salud cardiovascular».
Por su parte, el Dr. Jesús Felipe González, Director del CENAPRECE, destacó que la mayoría de los padecimientos tiene carga genética como la diabetes, de ahí la importancia de saber los antecedentes familiares, pero también las situaciones ambientales que se pueden prevenir como sedentarismo, consumo de alimentos grasos, sal y bebidas alcohólicas.
Hay que considerar que el infarto del miocardio se está presentando en mayores de 20 años de edad, debido a que el consumo de grasas se ha incrementado ocasionando aterosclerosis (endurecimiento y obstrucción de las arterias). Esto, incluso comienza desde la infancia, porque los jóvenes y niños de hoy no hacen ejercicio, consumen grandes cantidades de refrescos que contienen sustancias que oxidan el cuerpo, ocasionando diabetes y obesidad.
Detalló que es urgente la necesidad de educación en la población mexicana porque estas enfermedades pasan desapercibidas durante muchos años hasta que se manifiesta el infarto, agregó el director del CENAPRECE.
Los cardiólogos destacaron que los problemas cardiovasculares reducen siete años la esperanza de vida y que son más frecuentes en hombres mayores a 40 y en mujeres a 50 años de edad. Y enfatizaron la importancia que el ejercicio tiene en la salud del corazón, ya que el ejercicio es vida, es saludable y es la mejor medicina que se puede utilizar, ya que contribuyen en la prevención de diabetes, obesidad, triglicéridos y colesterol elevado.
Los expertos coincidieron que de seguir con malos hábitos de vida, en los próximos 10 años no va a cambiar la situación respecto al impacto de las enfermedades cardiacas, por ello se requiere iniciar la aplicación de estrategias de medicina preventiva que contribuyan a mejorar la salud cardiovascular de las familias mexicanas.
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