Se dio a conocer que el científico mexicano Francisco Valero Cuevas desarrolló, en la Universidad del Sur de California (USC), dos dispositivos que miden la habilidad motriz de las personas, lo cual ayudará a mejorar los tratamientos y terapias para atender enfermedades neurodegenerativas como el párkinson o la parálisis cerebral.
De acuerdo al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el especialista en ingeniería biomédica y neurociencia detalló que estos equipos son objetos elásticos y deformables. Uno de ellos tiene sensores para medir la fuerza de los dedos.
Dijo que “con estos aparatos se mide la fuerza y la aceleración que está ejerciendo cada dedo de la mano. Esta información se manda a una computadora, la cual a través de un modelo matemático que diseñamos se puede ver y comparar la variación de fuerza de cada dedo y, de esta manera, ver detalladamente cómo cambió la destreza manual”.
Añadió que el otro dispositivo que diseñó es un objeto similar a un resorte que se tiene que apretar con la planta del pie, el cual tiene los mismos fundamentos que el aparato descrito anteriormente, solo que este mide la capacidad de destreza de las piernas relacionada con el caminar o actividades deportivas.
Destacó que los mecanismos que había para evaluar la destreza de las extremidades de las personas estaban enfocados solamente a niños menores de 10 años, porque se creía que hasta esa edad se dejaba de desarrollar la habilidad motriz.
“Lo que se sabía era que la conectividad en el cerebro seguía evolucionado y refinándose hasta los 25 años. Esto se había relacionado con ganancias cognitivas, pero no se sabía que las extremidades se beneficiaban de las mejorías que había a nivel cerebral, porque no habían las herramientas necesarias para medir ese avance”, señaló.
Con los instrumentos que el científico desarrolló, por primera vez se ha visto que la destreza en las extremidades sigue desarrollándose hasta la adolescencia tardía, que es alrededor de los 20 o 21 años, indicó el especialista.
“Ahora vemos que sí están ligados los desarrollos cerebral y motriz, lo cual nos permite entender de manera más fina cuál es la pérdida de destreza después de que se detecta una enfermedad neurológica”, explicó.
Enfatizó que esto ayudará a identificar qué tan efectivos son los tratamientos o terapias físicas en cada persona y si la dosis del medicamento que se suministra se debe incrementar o disminuir.
Añadió que “hacía falta saber con mayor exactitud cuál era la dosis más adecuada para cada paciente. Estos avances ahora permiten optimizar las dosis del medicamento o terapia física. Es decir, lo que yo hago es proporcionarle a los médicos el nivel de habilidad del paciente y los efectos del medicamento o el tratamiento”.
Señaló que esta tecnología ha sido utilizada en proyectos piloto, y ya está patentada en Estados Unidos. Actualmente, el investigador trabaja en la transferencia tecnológica a la industria para que estos equipos se puedan distribuir de manera clínica.
Asimismo, Valero Cuevas lleva varios años fomentando oportunidades para estudiantes y científicos mexicanos. De hecho, ha recibido en su laboratorio a varios investigadores nacionales y, con la ayuda de la oficina de la USC en México, ha creado convenios entre dicha casa de estudios y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
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