La enfermedad periodontal es, junto con la caries, uno de los padecimientos bucodentales con mayor prevalencia a nivel mundial. En México se ha reportado hasta en 70 por ciento de la población (según la Academia Americana de Periodoncia) y se presenta principalmente en adultos mayores (de 65 años en adelante).
Al afectar el tejido periodontal o de soporte del diente, ocasiona infecciones en la cavidad oral, que van desde una inflamación gingival (de las encías) hasta la destrucción de dicho tejido, lo que conduce a la pérdida del hueso alveolar y, finalmente, del diente.
En su aparición convergen factores genéticos, pero sobre todo tres bacterias del llamado complejo rojo: Porphyromonas gingivalis, Tannerella forsythia y Treponema denticola.
Ana María Fernández Presas, coordinadora del Laboratorio de Ultraestructura de Parásitos, del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicó que “es más frecuente en fumadores, así como en diabéticos y personas con otras alteraciones sistémicas como lupus eritematoso y esclerodermia”.
Normalmente, esta enfermedad se inicia con una inflamación gingival leve que progresa si no es tratada mediante la remoción de la placa dentobacteriana. Entonces se da una recesión gingival, queda expuesto el cuello del diente y hay movilidad dentaria con la posterior pérdida de la pieza.
Explicó que “en esta etapa hay sarro (bacterias calcificadas) en el diente y, debido a la presencia de P. gingivalis, T. forsythia y T. denticola (bacterias gram negativas anaerobias estrictas), un olor fétido”.
Los niños pueden padecer gingivitis ulceronecrosante aguda –también conocida como GUNA o enfermedad de Vincent–, una inflamación de las encías causada por dos bacterias: Borrelia vincentii y Fusobacterium nucleatum.
“Las encías se inflaman tanto que llegan a cubrir los dientes. Si no es tratada a tiempo, puede evolucionar a enfermedad periodontal y hacer que el paciente pierda la dentadura”, alertó Fernández Presas.
El segmento poblacional de 15 a 20 años es susceptible de sufrir un tipo de periodontitis (la fase más avanzada de le enfermedad periodontal) llamada “juvenil”, que puede derivar en la pérdida de las piezas. Es causada por la bacteria Aggregatibacter actinomycetemcomitans.
Un factor fundamental para tener gingivitis es la falta de higiene bucal. A un individuo con este padecimiento se le debe remover la placa dentobacteriana; de este modo, sus encías dejarán de sangrar y volverán a su lugar, porque la mucosa de la boca está bien irrigada.
Pero si la afección progresa, llega a formar depósitos de sarro en la zona del surco gingival y dentro de la bolsa periodontal, y se transforma en periodontitis.
“Esta afección ocasiona recesión gingival y deja expuesto el cuello del diente y la superficie de la raíz. Así, una vez perdido el soporte de la pieza, hay movilidad hasta que se cae”, reiteró.
A diferencia de la periodontitis localizada, que sólo afecta a algunos dientes, la generalizada involucra toda la dentadura. El tratamiento de esta última consiste en remover el sarro y, en algunos casos, exponer la encía y la raíz, quitar el sarro, suturar la encía y cubrirla con apósitos quirúrgicos. También se pueden ferulizar (inmovilizar) los dientes.
De acuerdo con Fernández Presas, es un hecho que las bacterias P. gingivalis, T. forsythia y T. denticola contribuyen al desarrollo de la enfermedad, pero también sería importante estudiar otros agentes etiológicos que pudieran intervenir, como Entamoeba gingivalis y Trichomonas tenax, protozoarios que siempre se han hallado en este padecimiento.
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