De acuerdo a la Federación Internacional de la Diabetes (IDF, según sus siglas en inglés), cerca de 61 millones de personas viven con diabetes en el continente americano, y si no se implementan acciones consistentes que reviertan la tendencia actual, el número de personas con diabetes en estas regiones podría ascender a 88 millones en los próximos años.
Este organismo detalló que existen hechos muy significativos del aumento del riesgo cardiovascular en los pacientes con diabetes; como es que los diabéticos mueren mayormente por estas causas, ya que los niveles elevados de glucosa (azúcar) en sangre que caracterizan a esta enfermedad afectan al corazón y a los vasos sanguíneos, causando complicaciones potencialmente fatales como la enfermedad arterial coronaria y arterial cerebral que llevan al infarto y al accidente cerebrovascular (ACV) respectivamente. Más de 519,000 personas mueren como resultado de complicaciones causadas por la diabetes en América.
Otro factor es que el riesgo cardiovascular como la hipertensión arterial, los niveles anormales de lípidos en sangre y la obesidad son mucho más frecuentes entre las personas con diabetes. Esto hace que tengan un riesgo mayor entre 2 a 4 veces de desarrollar enfermedad cardiovascular, en comparación con las personas que no tienen diabetes.
Los niveles de glucosa elevados característicos de la diabetes no sólo lesionan los grandes vasos sanguíneos, incrementando el riesgo de enfermedad cardiovascular, sino que también afectan a los diminutos vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de desarrollar las llamadas complicaciones microvasculares de la diabetes. Así, la diabetes puede afectar el funcionamiento de los riñones, causando falla renal; puede dañar los nervios, en especial de las extremidades, que pierden sensibilidad; e incluso puede afectar la retina, llevando a la pérdida progresiva de la visión.
Lo cual confluye en que en la actualidad, las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte en América Latina, un patrón que no es exclusivo de la región sino que se reproduce en todo el mundo.
Por ello, se tienen que realizar diversas acciones para remediar esta realidad y que dirime en diversos cuidados de los enfermos como es mantener bajo control factores de riesgo cardiovascular como los niveles de glucosa y de colesterol en sangre o los niveles de presión arterial, puede ayudar a las personas con diabetes a prevenir o al menos demorar las complicaciones de la diabetes, entre las que se cuentan las enfermedades cardiovasculares.
Algunas personas con diabetes tipo 2 logran controlar sus niveles de glucosa en sangre a partir de una dieta saludable y un plan de actividad física. Pero en muchos casos el médico puede indicar además la administración de medicamentos orales o de insulina para alcanzar los niveles deseados. Es importante consultar al médico para la elección de un tratamiento individualizado según las necesidades de cada paciente.
Un medicamente de ayuda puede ser el Sitagliptina, medicina oral para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y primer exponente de los inhibidores de la DPP-4 en ser aprobado, demostró recientemente su perfil de seguridad cardiovascular en un estudio que incluyó 14,735 pacientes. El estudio TECOS (Estudio de Evaluación de Resultados Cardiovasculares), que se publicó recientemente, los autores concluyen que una mayor proporción de pacientes pueden recibir este tratamiento para la diabetes tipo 2, que se encuentran bajo un riesgo cardiovascular alto, sin incrementar los índices de complicaciones cardiovasculares.
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