De acuerdo a Samuel Alberto García Castrejón, médico y asesor científico del Gatorade Sports Science Institute (GSSI) México, dijo que en los últimos años la frecuencia con que se presentan las conmociones cerebrales en los deportistas y las consecuencias reportadas a largo plazo, han tomado gran importancia, sobre todo en los atletas de alto rendimiento más expuestos (jugadores profesionales de futbol americano y rugby).
Por ello, informó que todo médico y personal de salud debe saber cómo dar la mejor atención y seguimiento cuando un deportista sufre una conmoción que puede o no presentarse pérdida del estado de conciencia; la resolución de los síntomas y signos clínicos y cognitivos se van presentando gradualmente, de ahí la importancia de poder detectar a tiempo y dar el tratamiento necesario para prevenir complicaciones neurológicas importantes.
Expuso que en primera instancia debe establecerse el diagnóstico de conmoción cerebral por parte de un médico o personal de salud capacitado, lo primero que se debe hacer es evitar el regreso al campo de juego de dicho atleta, debido a que se encuentra en mayor riesgo para sufrir alguna lesión de mayor importancia por las alteraciones neurológicas que presenta.
Indicó que la base del manejo de una conmoción es el reposo físico y cognitivo hasta que los síntomas agudos hayan desaparecido y, después de esto, la realización de un programa de ejercicio gradual para determinar la tolerancia a esfuerzos (de baja hasta alta intensidad), el cual permita la incorporación total a su deporte.
Dentro de este reposo físico se recomienda un periodo de 24 a 48 horas posterior a la lesión, las actividades diarias que realice deberán ser de baja intensidad, sin realizar esfuerzos que aumenten de forma importante la frecuencia cardiaca o presión arterial; también hay que evitar movimientos bruscos en automóviles o medios de transporte que pudieran transmitir impactos hacia la cabeza.
Sobre cuándo regresar a jugar, detalló que existen diversas ideas en relación a cuándo puede regresar a jugar un atleta que presentó una conmoción. En consenso se ha acordado de forma unánime que no puede regresar a jugar el mismo día, debido a que puede presentar mayor alteración neuropsicológica y se encuentra en mayor riesgo de lesiones más graves, tanto cerebrales como del resto del cuerpo, por la alteración del estado neurológico.
Sobre que muchos atletas tienden a callar los síntomas por miedo a ser dados de baja del equipo o a perder alguna beca o contrato debido a la conmoción, dijo que es importante hablar con el atleta, familiares, entrenadores y representantes sobre la importancia de una adecuada recuperación para permitirle al atleta regresar en las mejores condiciones, sin poner en riesgo su salud.
Concluyó que el atleta que ha sufrido una conmoción es más propenso a sufrir conmociones posteriormente e incluso con menor fuerza de impacto que la previa, por lo cual, se deberán tomar medidas preventivas para evitar una nueva conmoción.
Por ende, enfatizó que dentro de las principales medidas que se deben adoptar, se encuentra el considerar los cambios en las reglas de ciertos deportes para reducir la incidencia de lesiones en la cabeza, como ha sucedido en las ligas profesional y colegial de futbol americano de los Estados Unidos (NFL y NCAA), al penalizar con mayor severidad los impactos directos hacia la cabeza.
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