En toda epidemia es fundamental generar y utilizar información e indicadores para guiar las decisiones de contención, mitigación y control de la enfermedad, entre los que se encuentran las pruebas diagnósticas; más allá de la cantidad que se aplique, es necesario conocer su calidad y utilidad, aseguró el director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Juan Ángel Rivera Dommarco.
Al participar en el seminario virtual COVID-19: Vigilancia epidemiológica y utilización de pruebas de diagnóstico, organizado por el INSP, señaló que a lo largo de las diferentes fases de la epidemia han proliferado opiniones y comentarios en torno al aumento el número de pruebas diagnósticas en México.
Sin embargo, ha estado ausente la discusión sobre las diferentes pruebas que existen, el objetivo de su aplicación, su calidad y, especialmente, su capacidad para diferenciar a las personas sanas de las enfermas, así como los costos económicos derivados de los errores en diagnóstico y, sobre todo, la utilidad de la aplicación para guiar las decisiones en salud.
Para analizar estos temas, el INSP convocó a un grupo de expertos de México y América, quienes estudian sistemas, información e indicadores para el seguimiento de la pandemia en el periodo posterior al confinamiento, y su utilidad durante el proceso gradual de reapertura económica, así como la utilidad de las pruebas diagnósticas moleculares para la identificación de casos y las pruebas serológicas para el análisis poblacional de la seroprevalencia.
El director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, José Luis Alomía Zegarra, señaló que para el proceso de desconfinamiento el modelo Centinela de vigilancia epidemiológica en México presentará adecuaciones que faciliten el monitoreo local orientado a acciones de prevención y control de COVID-19, incluyendo indicadores de alerta temprana.
Alomía Zegarra subrayó que la Secretaría de Salud actualmente utiliza pruebas basadas en biología molecular (PCR), ya que por su especificidad y sensibilidad son las más adecuadas para modelos de vigilancia epidemiológica y diagnóstico de pacientes.
Al respecto, indicó que el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) solo usa y recomienda dicho tipo de pruebas, las cuales ha distribuido en los 31 laboratorios de la Red Nacional de Laboratorios de Salud Pública (RNLSP) para diagnóstico y vigilancia epidemiológica de COVID-19; no obstante, no descarta la utilización de las pruebas serológicas en el ámbito privado y en el campo de la investigación.
A su vez, la secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, destacó que las pruebas para detección de COVID-19 fortalecen la vigilancia epidemiológica integral y deben combinarse con otras estrategias para mejorar su utilidad.
Para garantizar el monitoreo, detalló que el gobierno de la ciudad creó el Programa de Detección, Protección y Resguardo de casos COVID-19, que contempla incrementar la aplicación de pruebas diarias, así como el seguimiento de casos reportados al 51515 y a Locatel, con el fin de brindar la atención necesaria a quien lo requiera.
El asesor internacional en Emergencias de Salud de las organizaciones Panamericana y Mundial de la Salud (OPS/OMS), Jean Marc Gabastou, señaló que la OMS no recomienda pruebas masivas a personas asintomáticas, sino pruebas a personas que se ajustan a una definición de caso.
El control debe iniciar en el punto de origen, dijo, identificando a las personas con sospecha de contagio para evitar la diseminación y brotes en sitios de alto riesgo, como la central de abastos, asilos de adultos mayores y albergues de migrantes.
El director de Asuntos Internacionales de Salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), Joseph Bresee, se refirió a la experiencia que ha tenido su país en la pandemia de COVID-19, en donde resaltó la importancia de la vigilancia epidemiológica, y señaló que el uso de pruebas para el diagnóstico es solo una estrategia que no puede sustituir las medidas de distanciamiento social como quedarse en casa, para evitar la transmisión de la enfermedad.
Finalmente, el asesor en Epidemiología de Enfermedades con Potencial Epidémico y coordinador de Influenza de la OPS/OMS, Andrea Vicari, indicó que los objetivos de vigilancia de COVID-19 son: permitir la detección rápida y el aislamiento. Asimismo, aseguró que, además de las pruebas, existen otros indicadores potenciales para conocer la transmisibilidad, gravedad e impacto de esta enfermedad, como las hospitalizaciones, los casos en unidades de cuidados intensivos, el exceso de mortalidad por neumonía, entre otros.
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