La investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Andrea Díaz Villaseñor, indicó que existe una relación de la contaminación ambiental con la obesidad y diabetes tipo 2; lo cual, dé comienzo por la presencia de elementos químicos contaminantes en los residuos, en el agua, etc, y que terminan siendo asimilados por el organismo humano.
Detalló que la obesidad es una pandemia mundial y México es un caso grave al respecto, ya que la obesidad acaba siendo el motor que detona la diabetes tipo 2. En donde un problema en aumento es que a edades más tempranas se están presentando muchos casos de diabéticos y que ya es un 6% del total.
Entre sus provocantes va desde lo genético, stress, depresión, y entre los ajenos está el medio ambiente como es gasto energético, baja actividad física, alteración de ritmos cardiacos, pocas horas de sueño, medicamentos que provocan aumento de peso, efectos transgeneracionales, alimentación incorrecta, etc.
Siendo un caso especial la exposición a factores contaminantes, que ha sido reconocido como coadyuvante de principio de obesidad y diabetes, realidad que hasta hace poco años fue reconocido por las autoridades mundiales.
Los agentes externos que ayudan a ganar peso y que desembocan en diabetes que van desde daños al tejido adiposo y poco gasto energético; detallo una investigación de Estados Unidos, y muchos de estos aspectos señalados va desde exposición de desechos a industria, productos químicos, contaminación genética de la agricultura, etc.
A mayor grado de contaminación se padece más obesidad, como es la presencia de los contaminantes orgánicos persistentes que son bioacumulativos que son de degradación muy lenta y son tóxicos; que se quedan en la piel, tejidos humanos, que se presentan de forma sinérgica que desemboca en la diabetes.
Ello es liberado desde sartenes, plásticos, medicinas, pesticidas, jarabe de maíz alto en fructuosa, glutamato monosódico, y hasta presencia de metales como es el arsénico que es un elemento contaminante que está en grandes regiones de México que se encuentra en el agua; siendo un mal que afecta principalmente a personas que no consumen agua embotellada. Siendo los estados del norte del país los que más riesgo están presentando por la falta de estos análisis adecuados.
Cabe recordar, dijo, que estudios han detallado que el estar expuesto al arsénico conlleva a tener 8 veces más probabilidades como un factor de riesgo de tener diabetes, lo cual fue aceptado por la Organización Mundial de la Salud, esto hace unos años.
Este tema tiene dos puntos importantes ya que no todos los expuestos desarrollan la enfermedad de diabetes, sino que la nutrición adecuada es potenciador de control del sobrepeso, pero la contaminación debe ser considerada ya como un problema y que debe ser analizada como un factor de bienestar de salud.
Siendo una realidad que los responsables de la contaminación ambiental no tienen en la mínima contemplación este tipo de temas satélites de la salud humana. Dijo lo anterior al realizar una ponencia en el 5º. Taller Jack F. Ealy de Periodismo Científico Edición UNAM 2016, organizado por la Fundación Ealy Ortiz A.C., realizado en e Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) de la UNAM.
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