Hugo López Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, de la Secretaría de Salud, indicó que el informe técnico de la epidemia muestra preocupación por lo que sucede a nivel nacional, donde el desconfinamiento da la impresión que ha sido muy rápido y no se cumplen las medidas sanitarias adecuadas.
Existe barrera entre la comunicación oficial y la población, sin cuidar los límites de aquello que fue la antigua y lo que es la nueva normalidad. “Seguimos en lo más alto de la pandemia. En América esta lo más grave de contagios y México está inmerso en ello”.
Mencionó que “no es un tema de culpar a nadie, todos somos responsables, etc., esto ha pasado en otros países con la reapertura; la OMS hizo un llamado a recapacitar y cambiar el rumbo en el momento adecuado”.
Detalló que en la vida diaria se deben incorporar las acciones de prevención de la salud y que la gente que no tenga que salir a que no lo haga, que guarde la sana distancia, cuide sus síntomas y los municipios deben asegurarse que aquellos sitios que no deben estar abiertos no lo estén.
“Los gobiernos municipales deben estar atentos al ser responsables en la apertura de actividades económicas y los gobiernos estatales tienen disposiciones sobre que empresas abrieron o no”, dijo.
El funcionario federal recalco que los 35 mil muertos por COVID-19 no dependen de una sola persona, sino de todos los órdenes de gobierno y la sociedad en general. «Es una responsabilidad generalizada de todos los mexicanos. El discurso se ha distorsionado y es estorboso, afectando a todos».
Detalló que el mensaje de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los riesgos son similares en México a otras naciones y tener un desconfinamiento acelerado es muy riesgoso.
El rebrote puede deberse a la movilidad y cantidad de personas que salen a la calle y tener una vigilancia epidemiológica débil. Aspecto que se genera en el sistema federalizado que se nutre de datos de las 32 autoridades estatales de la salud y las 26 mil unidades de salud que le componen en todo el país, reclamó.
El rezago en los Estados es quizá al doble y eso polemiza sobre la falta de pruebas médicas, estimamos que sólo se tiene un 50% de la realidad. Además que el dinero qué paga las pruebas de COVID-19 surge de la Federación y se usa para los diagnósticos estatales. La vigilancia del caso, detección del casó y rastrear sus contactos requiere de asistencia local.
El funcionario federal indicó qué falta la mitad de la epidemia y se requiere actuar. “Es lamentable las escenas dramáticas en los sitios con mayores ocupaciones hospitalarios y se requiere de mayor trabajo de prevención.
En el escenario nacional existen noticias alentadoras de reducción del 4% del crecimiento de la pandemia. La otra noticia alentadora es la reducción sostenida son la reducción de 1.3% de los casos sospechosos. Mientras que en defunciones paso del 30% al 1.3% en la semana 26 de la pandemia.
Se estima que un enfermo de COVID-19 puede contagiar de 2.5 a 3.5 personas qué provoca que la enfermedad siga creciendo.
Ejemplificó el crecimiento que se tiene en sitios como Quintana Roo, debido a que muestra un alza del 29% de casos estimados. Situación derivada de la apertura de su economía qué está siendo apresurada. Siendo el puerto de Cancún y Puerto Morelos los más afectados. También Yucatán tiene problemas por el alza de su curva epidémica.
En esta semana se canceló el semáforo sanitario debido a que la información de los Estados no es consistente y se verificó que se debe ampliar el dialogó entre todos los actores.
En la conferencia de prensa realizada en Palacio Nacional se divulgó que se realizará a nivel nacional un programa de vigilancia comunitaria para supervisar de cerca los contagios en el sector rural que está poco preparado para enfrentar la pandemia.
Este programa necesitará se concentrará en pruebas masivas como se realizan en la Ciudad de México y permitir encontrar posibles portadores del virus.
El tema fue analizado y aprobado por el Consejo Nacional de Salud y se consolidará el modelo de brigadas de atención primaria a la salud Covid-19.
De esta manera, se llevará la atención médica a la comunidad, atender el incremento en mortalidad, dispersión de la epidemia, desconocimiento poblacional sobre donde atenderse, así como intensificar detección de casos de alto riesgo.
Se estiman cuatro escenarios: persona con factor de riesgo sin síntomas de COVID-19, persona sin factor de riesgo con sintomatología de COVID-19, persona con factor de riesgo con sintomatología de COVID-19 y persona con signos de alarma que requiere moverse a una unidad médica.
Se piensa en tres equipos de atención clínica, especializada y de promoción de la salud. Se tendrá alianza con redes de servidores de la Nación, INPI, OPS y SNDIF.
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