Se dio a conocer por parte del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que se han hecho uso de avanzadas técnicas avanzadas de modificación genética, por parte de investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), en Cuernavaca, Morelos, para incorporar moléculas de veneno de alacrán en huevecillos de mosquitos Aedes aegypti y Anopheles albimanus, lo que permitirá conocer ciertas características de los vectores del dengue y la malaria y coadyuvar así a su erradicación.
Las Enfermedades Transmitidas por Vectores (ETV) representan un importante problema de salud pública; de ellas, la malaria y el dengue son las más importantes en México y Latinoamérica, de acuerdo con Humberto Lanz Mendoza, investigador del INSP.
Ambas enfermedades son adquiridas por picaduras de mosquitos: Aedes aegypti para el caso del dengue y Anopheles albimanus para la malaria. Para coadyuvar a su combate, el INSP desarrolló mosquitos genéticamente modificados de estos dos géneros , resistentes a la infección de estos padecimientos, que podrán ser utilizados en combinación con otras estrategias de control en México.
Para la realización del proyecto se formó un consorcio internacional, apoyado por el Fondo de Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología (Foncicyt), del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en el que participaron los investigadores Lourival Domingos Possani, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); Luke Alphey, de la compañía biotecnológica británica Oxitec; y Thanasis Loukeris, del Instituto de Biología Molecular y Biotecnología de Grecia.
Lanz Mendoza señaló que se seleccionaron moléculas tóxicas que evitan el desarrollo del virus del dengue y del parásito de la malaria en los mosquitos. Las moléculas seleccionadas fueron la escorpina –un péptido del veneno del alacrán– y serpina. Los genes de estas moléculas fueron microinyectados en huevecillos de los insectos por la compañía Oxitec, los cuales posteriormente se colocaron en un insectario de alta seguridad del INSP hasta llegar a la etapa adulta. Los mosquitos modificados presentaron un gen fluorescente, que permitió distinguirlos.
La primera parte de la investigación ya finalizó y en ella se demostró la resistencia de la especie Aedes aegypti en la transmisión de dengue. Sin embargo, para el caso de Anopheles albimanus no se logró una transformación correcta.
Para la segunda etapa de la investigación, que iniciará a mediados de este año, se formó un consorcio integrado por el Centro Regional de Investigación en Salud Pública (CRISP), ubicado en la ciudad de Tapachula, Chiapas, en el que participan los doctores Ildefonso Fernández y Lourdes Muñoz, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), para determinar las condiciones de reproducción y la capacidad de mantenerse en las condiciones ambientales donde generalmente se desarrollan estos mosquitos.
El investigador agregó que “acabamos de recibir la aprobación de un proyecto para continuar estos estudios y poner a prueba estos mosquitos en condiciones ambientales. Esto lo vamos a realizar en jaulas gigantes, precisamente para la liberación controlada y saber si efectivamente hay o no una modificación en sus condiciones de reproducción”.
Dijo que “es importante subrayar que no vamos a liberar mosquitos hasta demostrar que son eficientes para bloquear la transmisión del dengue, que puedan sobrevivir en las condiciones ambientales y naturales, y sobre todo que no representan ningún riesgo para el ambiente. Estos mosquitos modificados no causan un efecto directo o indirecto en la naturaleza”.
De acuerdo con el doctor en inmunología de insectos, el dengue es un problema “muy serio” que se puede encontrar en todo el país. En 2014, dijo, se reportaron alrededor de 30 mil casos en México. “El dengue es un problema de salud muy serio, tendremos que aprender convivir de manera adecuada con el vector para evitar la transmisión de esta enfermedad. No es un mosquito americano pero se ha adaptado extraordinariamente bien a las distintas condiciones ambientales; es muy fuerte, con una extraordinaria plasticidad genética que lo hace sobrevivir prácticamente en cualquier parte”.
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