Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción a la Salud, de la Secretaría de Salud, indicó que desafortunadamente el sistema hospitalario está muy afectado y rebasado, que presentará nuevos retos de atención a los pacientes recuperados por COVID-19.
Mencionó que el sistema de salud de México a lo largo de 30 o 35 años no creció en su infraestructura a la velocidad que tenía que crecer, “no e invirtió suficiente en el Sistema Nacional de Salud, no se priorizaron las áreas con baja cobertura, no se renovaron equipos diagnósticos y terapéuticos, no se dio mantenimiento suficiente a la infraestructura física, no se contrataron y formaron suficientes profesionales de la salud”.
Recordó que organismos internacionales como la OCDE, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización Mundial de la Salud y muchos otros han documentado que México tenía una carencia de 240 mil profesionales de la salud, que se ha subsanado en parte con la contratación de 50 mil personas del sector médico para atención a áreas prioritarias como es el COVID-19.
Aceptó que el COVID-19 representado una carga muy grande para el sistema. “Un ejemplo de las premuras que el país padece fue la adaptación de 645 hospitales destinados a COVID-19 en abril, que en la actualidad suman 1,100, mientras que el número de camas se triplicó.
“La meta que tenemos, es no dar marcha atrás a lo ya ganado, dejar instalado –hospitales alternativos- lo que se puede mantener fijo, lo que ahora es temporal y por supuesto tener la capacidad de seguir atendiendo la epidemia mientras persiste el periodo de la temporada de influenza, que es de octubre hasta abril del próximo año.
Aceptó que será un gran reto el tener los sistemas médicos para atedner a la recuperación pulmonar de los contagiados gravemente por COVID-19, y que tendrán amplios tiempos de recuperación, a veces de meses”.
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