El progreso social durante las últimas décadas ha ido en aumento, no obstante, existe aún mucho trabajo por hacer en diferentes áreas, una de ellas es el trabajo y la explotación infantil, por el cual millones de niñas y niños, tienen que cambiar los juguetes por las herramientas, y perder la inocencia desde muy temprana edad, con el único objetivo de sobrevivir.
Hoy en día resulta indignante encontrarse imágenes de niños tras rejas, “privados de su libertad”, por acciones de carácter migratorio referentes a Trump, es por esto que es tarea de todos fomentar un buen trato para los niños, que engloba desde educación, hasta protección en el terreno laboral.
La Organización Internacional del Trabajo OIT estima que actualmente cerca de 250 millones de niños trabajan en el mundo y más de 150 millones lo hacen en condiciones peligrosas que ponen en riesgo su integridad e incluso su propia vida, además, se calcula que más de más de 1 millón de niños son víctimas de explotación sexual y el tráfico humano.
En México la situación no dista mucho del contexto internacional, el INEGI informó que hasta el año pasado se calculaba que el 20.8% de la población total entre los 5 a 17 años, no asiste a ninguna institución educativa, por su parte la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, difundió un estudio en donde se estima que en el país trabajan cerca de 3.6 millones de niñas y niños, de los cuales la mayor parte se encuentra sumergido en la pobreza o incluso en situación de calle, esto sumado a otros factores como la drogadicción y la delincuencia, lo que establece su esperanza de vida en sólo 25 años.
Lamentablemente el mayor número de niños con necesidad de trabajar se asientan en zonas rurales y remotas del país, donde la pobreza de sus familias los obliga a colaborar con sus padres para poder aportar al sustento familiar, esta práctica se ha normalizado durante décadas, por lo cual encontrar modelos que permitan a las comunidades desarrollarse y erradicar el trabajo y la explotación infantil es una necesidad urgente.
En el marco del día mundial contra el trabajo infantil, Gustavo Pérez Berlanga, Director del Responsabilidad Social de Grupo Toks, apuntó “la situación de la población infantil en nuestro país es muy alarmante, tan sólo hay que tomar en cuenta la cifras que compartió la UNICEF en su reporte del 2017, donde indican que 21 millones de niñas y niños viven en condiciones de pobreza, por ello resulta primordial que la iniciativa privada redoble esfuerzos para suprimir las brechas económicas”.
Además, agregó que la cadena favorece a la erradicación del trabajo infantil a través de la creación del departamento de Proyectos Productivos, el cual consiste en adquirir productos frescos, saludables y de muy buena calidad, que provienen de pequeños productores asentados en su mayoría en comunidades de escasos recursos, en varios estados de la República. Cada uno de los productos adquiridos cuenta con la garantía de la cadena que detrás del cultivo y su producción no hay ningún tipo de explotación laboral y sobre todo infantil, ya que son adquiridas mediante un esquema de comercio justo lo cual aporta a que el desarrollo social y económico de las familias vaya en aumento.
“Los proyectos de productivos son de nuestros programas favoritos en Toks, ya que, además de permitirnos ofrecer alimentos deliciosos como mermelada, mole, miel, chocolate o café, contribuimos de manera directa al desarrollo de comunidades a lo largo y ancho del país” añadió Pérez Berlanga.
Terminar con el trabajo infantil es una tarea complicada pero no imposible, mediante la suma de esfuerzos y voluntades entre los gobiernos, la iniciativa privada y la sociedad civil, se puede avanzar más en esta materia, con miras a cumplir la meta pactada en la Agenda de Desarrollo sostenible 2030, de la ONU.
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