Se estima que entre un cinco y un diez por ciento de la población mundial tiene un diagnóstico de dislexia, una de las llamadas “Dificultades Específicas del Aprendizaje”, que por desconocimiento ha sido erróneamente considerada por muchos como una enfermedad o que en casos en los menores se les cataloga malos para la escuela, cuando en realidad padecen esta situación.
En el libro Dislexia, publicado en el sello Paidós, la especialista Rufina Pearson no solo aclara que esta condición está lejos de ser una enfermedad-y por ello no es “curable”-, sino que desmenuza los distintos mitos que la acompañan y despeja las dudas que puedan tener educadores y padres de familia.
La autora declara que “la dislexia no es solo cosa de niños, es una condición neurobiológica con la que se nace y que acompaña toda la vida. Los niños que están en etapa escolar se muestran más expuestos a la dificultad, pero esta no desaparece. En el mejor de los casos, se compensa y se aprende a convivir con ella. Pero los adultos seguirán teniendo dislexia”.
Pearson asegura que la dislexia tendría que ser diagnosticada o reconocida lo más temprano posible y no, como aún ocurre, esperar a que se hayan cumplido los siete y ocho años, ya que esto abre la posibilidad a que los niños vayan sumando una historia de fracasos o dificultades escolares, que pueden incluir burlas y bullying, y lastimar su autoestima.
Cuando se tiene dislexia, no se activan las zonas de lectura visual que se asocian a la lectura fluida y este proceso cognitivo afecta el aprendizaje de la fluidez en la lectura, es decir, la persona no lee en forma automática, lo cual le genera fatiga y muchas veces termina afectando la comprensión del contenido del texto. Y ahí empieza una cadena, porque si hay dificultad en el inicio del proceso lector, es decir, en los primeros grados de la escuela, el niño no lee al ritmo de los demás y, por ende, no avanza de igual manera y ve cómo se afecta su éxito en el aprendizaje.
Por ello la especialista indica que se deben delinear varios esquemas para el tratamiento de la dislexia en las distintas etapas de la vida. La doctora y licenciada en Psicopedagogía por la Universidad Católica Argentina, se ha enfocado al estudio, diagnóstico y tratamiento para problemas de aprendizaje, realiza capacitación a docentes y profesionales de diversas áreas. Asesora a instituciones en temáticas de desarrollo de la lectoescritura y las matemáticas.
Hoy se desempeña como directora del equipo JEL Aprendizaje, emprendimiento educativo formado por psicopedagogos que tiene como objetivo capacitar, generar recursos de intervención con sustento en investigación y brindar diagnóstico y tratamiento para las dificultades específicas del aprendizaje.
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