La costumbre de observar a los niños durmiendo con muñecos de peluche a su lado, no sólo es una imagen de ternura, sino que puede ser un aspecto de salud, pues los osos de peluche pueden ayudar a los menores a reforzar sus hábitos de dormir.
A través de una alianza estratégica entre las especialistas de NEUROingenia y Build-A-Bear, indican que para todos los humanos, dormir es una necesidad biológica esencial, es un proceso activo que ocupa una tercera parte de nuestra vida. Además, el sueño promueve sentirse alerta, mejora la memoria y es parte importante para la salud y el desarrollo.
En el caso de los niños, aquellos que duermen mejor tienen un adecuado funcionamiento en todas las áreas y son menos propensos a problemas de comportamiento e irritabilidad.
La cantidad de horas de descanso depende de las actividades que realice cada individuo; así como de la edad, costumbres, estado de salud y el ambiente en el que se vive. Para los pequeños en etapa preescolar, la cantidad de horas que deben dormir es de 10 a 12 horas y para los adolescentes es de 8 a 10 horas de descanso; por lo que muchas veces para los padres la hora de dormir se convierte en todo un reto, ya que sus hijos siempre piden más tiempo para jugar, tienen miedo o simplemente desean seguir durmiendo a su lado.
Al respecto, Build-A-Bear cuenta con peluches ideales para manejar este tipo de situaciones ya que en estos casos, el osito puede ayudar a hacer un puente entre las actividades diarias y la hora de dormir, bajando gradualmente la actividad y controlando la ansiedad del menor.
Se puede usar al oso como un modelo para trabajar ejercicios de respiración, los cuales ayudan a conciliar con mayor facilidad el sueño, además, la textura del osito, así como su olor ayudarán a relajar al niño.
Por otro lado, algunos padres tras identificar que sus hijos presentan pesadillas, para estas situaciones, se puede incluir al osito como un confidente, ya que a través de él podrá investigar los sentimientos de sus hijos y saber más acerca de su estado de ánimo, miedos, inquietudes, etc. Su hijo pensará que está jugando y lo sentirá menos amenazante que realizar preguntas de forma directa.
Las especialistas en psicología clínica para adolescentes y niños, Regina Ojeda, Erika Proal y Karla Hernández, indicaron que al lograr que los niños pequeños vean al oso tanto como un juguete como un compañero, es posible crear un vínculo natural donde será divertido compartir momentos con su amigo de peluche y al mismo tiempo, les ayudará en las diferentes etapas de su crecimiento.
Comentarios Cerrados