En Europa cada 18 de noviembre se celebra el uso prudente de los antibióticos, ante ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS), hace un llamado a extender dicho festejo por una semana, es decir, del 13 al 19 de noviembre este 2017.
En México, desde el 2010 la Secretaria de Salud diseñó un Acuerdo por el que se determinan los lineamientos a los que estará sujeta la venta y dispensación de antibióticos, consecuencia de la epidemia de influenza A(H1N1) que resaltó la gravedad de la auto prescripción con antibióticos y el diagnóstico tardío causado en parte porque gran proporción de los pacientes acudieron a las farmacias buscando resolver sus síntomas y allí recibieron antibióticos sin receta médica, los cuales son inútiles para infecciones virales como la influenza.
El lema de la campaña este año es “Pida asesoramiento a un profesional sanitario cualificado antes de tomar antibióticos”, al respecto el Dr. Jorge Moreno Martínez, Pediatra Infectólogo, mencionó que una tercera parte de las consultas de atención primaria, están relacionadas con enfermedades infecciosas y de estas, más de la mitad obedecen a infecciones respiratorias altas, la mayor parte virales, autolimitadas, es decir, no siempre requieren antibióticos.
El especialista menciona que, los antibióticos sólo deben recomendarse: a) en casos persistentes, o b) mala evolución de la mejora del padecimiento. Asimismo, señaló que deben administrarse inmediatamente en casos de síntomas graves y cuando se tiene un diagnóstico certero con datos clínicos de laboratorio que sustenten que realmente se trata de una infección bacteriana que lo requiera. Por el contrario, no deben administrarse cuando el médico tiene duda en el diagnóstico o cuando no se conoce el origen del virus.
“La microbiota intestinal es un conjunto de miles de millones de microorganismos diversos, situados en el aparato digestivo, llámense (lactobacilos, bacterias y “N” cantidad de especies); algunas de sus funciones son proteger de otros organismos dañinos y construir el sistema inmune; cuando los “buenos” sufren alguna alteración en su cantidad y diversidad, se dice que hay una disbiosis, lo cual hace vulnerable al paciente a diferentes padecimientos gastrointestinales”, mencionó el Dr. Victor Medina, Director Médico del Laboratorio Mayoly Spindler de México.
En este contexto, al utilizar un antibiótico dirigido al combate de organismos dañinos, dichos microorganismos “buenos” pueden verse afectados también, por ello, administrar un antibiótico de manera innecesaria o sin supervisión médica, podría causar una disbiosis y/o bien, hacer resistentes a las bacterias dañinas. Parte de la responsabilidad del paciente consiste en no automedicarse y si ya se encuentra bajo prescripción médica, culminar el tratamiento antibiótico en el plazo y con la periodicidad indicada.
Una forma de restaurar el número de microorganismos benéficos es a través de la ingesta de probióticos a través de alimentos y/o suplementos. Un consenso internacional recomienda que el término probiótico se use sólo en productos que contengan microorganismos vivos con una cantidad viable adecuada de cepas bien definidas, no todos los productos comerciales son probióticos.
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