Investigadores del Colegio de Postgraduados (COLPOS) en Texcoco, en el Estado de México buscan recuperar el conocimiento milenario sobre los hongos, resguardado en los 68 grupos étnicos de México.
“Estos grupos conocen ampliamente las propiedades de los hongos y los miembros de estas comunidades son capaces de distinguir a la perfección aquellos hongos que pertenecen a una especie tóxica y cuales son comestibles”, comentó Jesús Pérez Moreno, investigador adscrito al posgrado de edafología, de este Colegio.
El especialista en diversidad y etnomicología de hongos comestibles silvestres de México, señaló que nuestro país tiene el segundo reservorio más grande a nivel mundial de hongos comestibles silvestres.
Se estima que en México se consumen más de 450 especies de hongos, superada solo por China donde la ingesta es de unas 600 especies. Sin embargo, se desconocen todas las propiedades o activos que podrían ser usados para combatir enfermedades.
Explicó que “actualmente estoy desarrollando una investigación que toma los conocimientos de los grupos mixtecos, zapotecos, chinantecos, tlahuicas, nahuas y mazahuas, y hemos descubierto compuestos no conocidos para la ciencia que están en estos hongos silvestres”.
Uno de ellos es un compuesto antioxidante que está presente en un hongo del género Russula que contiene una sustancia que presumiblemente puede evitar la reproducción del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), pero el problema es que este hongo habita en los bosques, y ya que muchas de las especies de hongos desarrollan actividad simbiótica para sobrevivir (asociaciones en donde ambas especies se benefician), sin esta simbiosis no tendríamos bosques y si se pierden los bosques, se va una posible cura del SIDA”.
Los hongos comestibles silvestres representan una mina nutrimental ya que son bajos en carbohidratos y grasas, y tienen un alto contenido en vitaminas y minerales. También algunos de ellos cuentan con propiedades para combatir la diabetes y la hipertensión. “Consumir hongos es como tomar medicina”, aseguró.
Cabe mencionar que uno de los primeros científicos en identificar el aporte invaluable de los hongos fue Charles Darwin, quien logró determinar que la vida en el planeta no se habría desarrollado sin la participación de los hongos. Este reino está conformado principalmente por tres grandes grupos: mohos, levaduras y macromicetos, que tienen diferentes funciones en el ecosistema.
El reciclaje nutrimental es una de las principales funciones que tienen los hongos en el entorno. La forma en la que se alimentan es peculiar porque producen unas sustancias llamadas exoenzimas, con las que degradan compuestos orgánicos y una vez disuelto, absorben los nutrimentos.
El mundo estaría lleno de cadáveres si no hubiera hongos, porque una de sus funciones ecológicas es eliminar restos de microorganismos, animales y humanos.
Otra función es generar simbiosis con diferentes especies. Los árboles realizan el proceso de fotosíntesis, brindan carbono al hongo y éste les da nutrimentos, sin ellos, no existiría los árboles y por ende, los bosques. Sin duda, su importancia ecológica es trascendental, concluyó el especialista.
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