De acuerdo a los laboratorios Merck, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado que existen más de 230 millones de personas en el mundo necesitan tratamiento contra la esquistosomiasis cada año y se estima que el 90% de las personas infectadas viven en África.
Por ello, esta empresa ha donado más de 100 millones de tabletas para el tratamiento de la infección, de éstas el 40% de las tabletas fueron hechas en México.
Cabe mencionar que la esquistosomiasis es una enfermedad parasitaria producida por gusanos que se encuentran en el agua dulce insalubre, la infección se contrae cuando el organismo entra en contacto con dichas aguas y las larvas del parásito penetran por la piel, alojándose en el cuerpo indefinidamente.
En comunicado de prensa se indicó que esta producción en México, la gran mayoría es maquilada en la planta ubicada en Naucalpan de Juárez, Estado de México. Para este año la producción de praziquantel en nuestro país tiene una meta de 55 millones de tabletas; y para el 2017 se espera que el número de tabletas producidas alcance los 250 millones, mismas que serán donadas a la OMS, esta donación tendrá un valor aproximado de 23 millones de dólares al año.
Según Pedro Galvis, Director General y Mananging Director de la filial de Grupo Merck en México esta situación “es un motivo de orgullo colaborar con los compromisos de responsabilidad social que el grupo ha asumido a nivel internacional, pues Grupo Merck es más que medicamentos. Formamos parte una cadena de esfuerzos para brindar una mejor calidad de vida a las personas más que lo necesitan”.
Cabe mencionar que Grupo Merck ha donado desde 2007 más de 100 millones de tabletas de praziquantel (Cesol600) para el tratamiento de más de 28 millones de niños en África con el objetivo de trabajo que es complementado con cursos de educación, sensibilización y concientización acerca de la esquistosomiasis, para que en el 2020 se erradique este padecimiento.
Siendo quienes más corren el riesgo de contraer la infección son aquellas que realizan actividades agrícolas, domésticas o recreativas que las exponen a aguas infestadas sin embargo la falta de higiene y las actividades lúdicas hacen que los niños sean especialmente vulnerables a la infección, ésta llega a retrasar su crecimiento y desarrollo cognitivo.
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