Para 2030 ocho millones de personas perderán la vida al año por causa del tabaco, la mayoría de los casos en países de mediano y bajo ingreso, convirtiéndose en principal factor de muertes humanas, advirtió Angélica Ocampo Ocampo, coordinadora de la Clínica contra el tabaco del Hospital General de México “doctor Eduardo Liceaga”.
La psicoterapeuta señaló que 700 millones de niños están expuestos al humo del tabaco, principalmente en el hogar, los que representa casi la mitad de la población infantil mundial y resaltó que el tabaquismo ha sido catalogado como la pandemia del siglo XX.
Dijo que “el entorno cultural y las emociones de un individuo sumado al efecto de la nicotina son elementos que se conjugan para generar una dependencia o adicción al cigarrillo”, explicó. Aunado a ello, la publicidad masiva en medios de comunicación, incluida la Internet, contribuyen al consumo de ese producto, sobre todo entre los jóvenes.
Añadió que “la industria tabacalera gasta un máximo de 13.4 millones de euros cada año para ampliar su red de comercialización, pues según el Atlas Mundial del Tabaco 2012 se fabrican cada cinco minutos un millón de cigarrillos; un individuo en toda su vida podrá consumir alrededor de 600 mil unidades”.
Ocampo Ocampo alertó que los adolescentes deben dejar de fumar, ya que esto ocasiona daños cerebrales irreversibles, sobre todo cuando adquieren este hábito a edades tempranas, pues el último lóbulo de la corteza cerebral en madurar se desarrolla por completo hasta los 25 años de edad.
Por su parte, el doctor José de Jesús Trujillo Gutiérrez, director general de la Agencia de Protección Sanitaria de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, compartió su experiencia de trabajo al interior del organismo para fomentar espacios cien por ciento libres del humo de tabaco, réplica de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS).
“Así como las enfermedades crónico-degenerativas representan un problema económico y social, el tabaquismo también lo es”, señaló al referirse al consumo de esta droga adictiva, remarcando la relevancia de respetar la Ley de Protección a la Salud de los No Fumadores que prohíbe la práctica en lugares cerrados.
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