Los trastornos en la conducta alimentaria como la anorexia, la bulimia y la obsesión por la musculatura entre los jóvenes están estrechamente relacionados con el “terror” con el que perciben la obesidad y el sobrepeso, de acuerdo con Alberto Rivera Márquez, coordinador de la maestría en Medicina Social de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Dijo que se trata de un problema “poco visible” desde la agenda de la salud que afecta a los diferentes sectores de la población y que tiene una clara manifestación entre los jóvenes. El investigador trabaja con personal del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM) en el proyecto Prevención de trastornos de la conducta alimentaria.
En particular la línea de aceptación corporal, ya que si bien es cierto que hay un problema muy importante de obesidad y de sobrepeso en el país, con un 70% de la población que la padece, también lo es que desde la óptica gubernamental se ha pretendido atacar el problema responsabilizando al individuo de su enfermedad.
Dijo que “los mensajes y campañas diseñados desde los ámbitos oficiales, e incluso las mismas formas de enseñar acerca de alimentación, nutrición, salud y las carreras asociadas, tienen un componente de responsabilidad individual”, mencionó el investigador.
Aunque se dice que son acciones en salud pública, muchas de estas únicamente están basadas en intervenciones que buscan que los individuos sean responsables de su propia enfermedad o que sean ellos los únicos que hagan las cosas para prevenirla y atenderla.
Bajo la idea de que el costo para atender la obesidad es muy alto, el Estado “parece desentenderse de su papel como responsable de las condiciones de salud de la población”, porque por un lado tenemos un Estado que promueve hábitos saludables, aunque éstos tienen que ver con crear temor terror al sobrepeso, y al mismo tiempo tenemos un Estado que es transgresor del derecho a la alimentación, por el hecho de que no realiza acciones efectivas para enfrentar el problema desde una lógica de la salud pública y colectiva.
El investigador reconoció que recientemente se ha volteado la mirada a estos temas y de ello dan cuenta las encuestas nacionales de salud y nutrición 2006 y 2012, donde ya se reportan prevalencias de las conductas alimentarias de riesgo, particularmente en jóvenes.
La obsesión por la musculatura, la anorexia, la bulimia, en general el temor al sobrepeso, comienzan a ser importantes en amplios sectores de la población. Si bien es un problema importante en los adultos jóvenes, creemos necesario ver qué sucede en los universitarios.
En la UAM, “con una mirada desde la salud pública y hacia la casa misma” desarrollamos un proyecto que tiene elementos de intervención en salud pública para prevenir los trastornos de la conducta alimentaria; “no es que aquí atendamos los trastornos, pero sí buscamos prevenirlos desde un enfoque de la salud colectiva”, en el que sean los propios estudiantes, quienes entrenados durante su formación como licenciados en nutrición, también tengan los elementos para enfrentar el problema.
El propósito de este proyecto es generar y capacitar equipos de estudiantes de nutrición de nivel licenciatura y de posgrado, principalmente de la maestría en Medicina Social y del doctorado en Salud Colectiva, así como estudiantes de otros posgrados, para que en conjunto hagamos esas acciones de prevención, en el sentido de “manifestarnos en favor de una aceptación corporal saludable, que busquemos en todo momento que la gente no tenga una obsesión por ideales estéticos de belleza, delgadez, nutrición, belleza, simplemente porque son imposibles de alcanzar”.
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