Ante los diversos propósitos que todos realizamos para comienzos del año, y que en la mayoría van enfocados a mejorar nuestro estilo de vida y volverlo más saludable, lo cual a veces resulta difícil pues no sabemos cómo hacerlo. Por ello, tratamos de dar una serie de tips para tener mayor salud y calidad a nuestro existir. ¡Síguelos y verás los cambios!:
1.- Lleva una vida activa: El sedentarismo sólo trae malas noticias para nuestro cuerpo, por eso es importante buscar el tiempo y espacio de realizar ejercicios en tu casa o bien, hacer deporte al aire libre.
Si no es posible, sal a caminar al menos media hora al día. Recuerda que el corazón así como cada uno de los músculos de nuestro cuerpo necesitan ejercitarse para mantenerse sanos; recuerda que al realizar actividad física tu cuerpo produce endorfinas o bien conocidas como “hormonas de la felicidad”
2.- Vigila la alimentación: No se trata de volverse obsesivo, ni de contar calorías todo el tiempo, pero sí tener la conciencia para elegir lo mejor dentro del mercado alimentario y así favorecer nuestra salud
Busca el modo de llevar una dieta balanceada, no dejes fuera a las verduras, que en general son el grupo con mayor dificultad para integrar en la dieta, recuerda incluir dos a tres tazas diarias. Todos los grupos de alimento son necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo como las frutas, carnes blancas, leguminosas, cereales con fibra y de seis a ocho vasos de agua simple durante el día
3.- Bájale a las grasas saturadas: En este punto es necesario saber que no hay que eliminarlas ni mucho menos, solo entender que se deben consumir con moderación y no consumirse todos los días. Las grasas saturadas se encuentran principalmente en alimentos de origen animal como la mantequilla, manteca, crema, embutidos (salchichas, jamón, salami) y vísceras. Así como en los cortes de carne en dónde la parte de grasa es claramente visible.
Te recomendamos limitar el uso de crema, mantequilla, a sólo dos cucharaditas y tratar de retirar la grasa visible de las carnes. Reemplazar los embutidos por verduras como por ejemplo en las pizzas y en los guisados que se emplean como relleno de tacos o quesadillas.
4.- Come más frutas y verduras: Esto es más claro que el agua. Todos sabemos los beneficios de las verduras y frutas; lo saludables que son. Nos entregan una importante cantidad de vitaminas y minerales, además de fibra, ideal para una buena digestión y favorecer la saciedad Comienza tu desayuno siempre con una pieza o taza de fruta, incluye verdura fresca como opción de refrigerio a media mañana, inicia tu comida del medio día con verdura en cualquier preparación (vapor, ensalada) sólo evita aderezarlas con exceso de crema o mantequilla, incluye otra fruta a media tarde y procura que las verduras sean parte de tu cena.
5.- Prefiere los granos enteros y grasas buenas: Los granos enteros son las semillas de diferentes granos (como el trigo, el maíz, el centeno, la avena, el arroz o la cebada) que conservan las tres partes que los componen. Si la semilla ha sido procesada (molida, picada, triturada y/o cocida), el producto final deberá contener aproximadamente la misma composición de nutrimentos que se encuentran en la semilla del grano original.
Existe fuerte evidencia científica de que el consumo frecuente de granos enteros aporta importantes beneficios a la salud:
Disminución en el riesgo de padecer enfermedades cardiacas.
Mantenimiento de peso corporal.
Prevención de Diabetes Mellitus tipo 2.
6.- Mantener un peso equilibrado: Investigaciones demuestran que el exceso de peso es un serio problema de salud para muchas personas, y que aumenta su riesgo de desarrollar enfermedades graves, incluyendo las del corazón, derrames cerebrales, diabetes, cáncer y presión alta.
Pero no hay que irnos a extremos, es decir, el peso muy bajo tampoco es bueno ya que tiene relación directa con los problemas cardíacos, baja resistencia a las infecciones, fatiga crónica, anemia, depresión y otras enfermedades.
Un indicador sencillo para valorar tu peso es el Índice de Masa Corporal (IMC) se calcula de la siguiente forma:
Mide tu estatura (sin zapatos) y peso (con ropa ligera)
Divide tu peso entre tu estatura elevada al cuadrado (kg / (m*m)) Por ejemplo: 60 kg /1.63*1.63
Interpreta el resultado, si este se encuentra entre 18.5 – 24.99 tu peso es adecuado. En caso de tener un número mayor o menor a este rango, te recomendamos buscar a un especialista de nutrición.
Recuerda que cada inicio de año es una oportunidad para cambiar hábitos y cumplir de una vez por todas con el propósito que año con año se repite. Para mayor información: www.insk.com.
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