La técnica del trasplante de órganos y tejidos ha logrado un impacto positivo incuantificable desde hace varias décadas en la expectativa de vida de quienes requieren de un reemplazo de órgano para seguir viviendo. Lo cual le podría convertir en una opción para los pacientes con diabetes tipo 1, condición en la cual el cuerpo no es capaz de producir la hormona insulina.
Este procedimiento consiste en el trasplante de islotes de Langerhans pancreáticos, los cuáles están conformados a su vez por las células beta responsables de producir insulina. Los candidatos específicos para esta terapia son sólo aquellos pacientes diagnosticados con Diabetes tipo 1, que se caracteriza por la ausencia de síntesis de insulina por lo que el paciente necesita suministrarse esta hormona diariamente para poder vivir. En el caso de la Diabetes tipo 2, el páncreas sí genera insulina, pero es muy poca y no es utilizada eficazmente para regular los niveles de glucosa en la sangre.
Al respecto, la doctora Laila Tabatabai, Endocrinóloga del Houston Methodist (Hospital Metodista de Houston), explica que el procedimiento de trasplante consiste en la inserción de un fragmento del islote de Langerhans de un páncreas sano, en el páncreas de un paciente receptor diagnosticado con Diabetes tipo 1. Una vez hecho el trasplante la persona comienza a secretar insulina al cabo de unos minutos, de modo que ya no necesita inyecciones diarias de insulina para mantenerse.
Entre las ventajas que ofrece esta nueva técnica destaca que los islotes sanos ingresan al receptor mediante una inyección directamente en la vena porta hepática, lo que permite que el paciente pueda recibir más de un trasplante.
Las investigaciones ahora se centran en evitar el rechazo al trasplante, que es una realidad en la actualidad, a lo cual la investigadora destacó que “si bien existe un tiempo determinado para que el organismo receptor rechace el tejido, sea por la creación de anticuerpos contra el tejido nuevo o por incompatibilidad de determinados factores biológicos, también es importante mencionar que hemos tratado pacientes que han podido suspender su tratamiento con insulina por más de 5 años”.
Cabe señalar que la Organización Mundial de la Salud, informa que la diabetes tipo 2 afecta al 90% de los pacientes con diabetes a nivel mundial y sus causas básicamente se deben a la obesidad, al sedentarismo y a causas hereditarias. Asimismo, las recomendaciones actuales de la ingesta diaria de azúcar, según dicha organización no deben sobrepasar el 10% de la ingesta calórica total diaria (12 cucharaditas de azúcar), aunque se obtendrán beneficios adicionales si no se sobrepasara del 5%.
Actualmente México tiene una alta prevalencia en diabetes. Los más recientes estudios de ENSANUT (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición) muestran que la prevalencia de la enfermedad en la población mayor de 20 años es del 9.2% en 2012 (6.4 millones de mexicanos). El mismo estudio en su versión 2006 cuantificó 7.3% de prevalencia (3.7% millones de pacientes); mientras que en el año 2000 la prevalencia fue del 4.6% (2.1 millones de pacientes). Las cifras anteriores muestran una clara tendencia a la alza en los casos de diabetes en México en los últimos años.
Tabatabai concuerda que tanto en México como los Estados Unidos, existe un alto índice de sedentarismo y comenta que, “muchas actividades han sido desplazadas por una vida sedentaria en la cual las personas centran sus vidas en sus celulares, videojuegos, televisión y se enfocan menos en hacer actividad física. Las ciudades están llenas de vehículos, no hay una cultura para caminar o transportarse en medios alternativos como la bicicleta, o existen cuestiones de inseguridad en las calles y falta de espacios recreativos para hacer deporte y actividad física”.
Finalmente, la prevención de la Diabetes tipo 2, recae en manos de los pacientes y también en la guía del médico, siendo elemental adoptar un estilo de vida activo con una buena alimentación y siempre teniendo un control de peso adecuado.
Detalló que “al principio de la enfermedad los pacientes no se ven en la necesidad de lidiar con las consecuencias inmediatas. Por ello es necesario motivarlos para que hagan cambios de estilos de vida paulatinos y adecuados a su forma de vida. Yo les explico la gravedad de la enfermedad diciéndoles que el nivel de glucosa alto actúa como un veneno silencioso que afecta cada día órganos vitales como los riñones, ojos, corazón.
De igual forma cuando las personas con pre-diabetes (niveles de glucosa en sangre entre 100 y 125mg/dl) me visitan en el consultorio siempre les digo que están a tiempo de retrasar la aparición de diabetes y prevenirla pero que si no implementan cambios en su estilo de vida, podrían tener diabetes al cabo de un año”.
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