Urbe 2009

HAMBRE: SOLUCION, BIOTECNOLOGIA

Clive James echó por tierra el principal argumento de los opositores a la biotecnología, al comentar que el trigo sí se está ensayando con granos transgénicos, al igual que el maíz, trigo y demás cereales del consumo popular. James es fundador y director general del ISAAA, el principal organismo promotor de los transgénicos. En conferencia magistral que ofreció a especialistas en la materia dijo que las empresas semilleras no les interesa la venta de simientes, sino de genes y, en esto, México tiene un futuro promisorio. Sin embargo, su exposición fue acotada por José Luis Solleiro, director general de Vinculación de la Coordinación de Innovación y Desarrollo de la UNAM, quien dijo que la falta de voluntad política para abrir el campo nacional a los transgénicos nulifica, por completo, los esfuerzos de los biotecnólogos nacionales, que desde hace unos 25 años, sacaron las primeras papas transgénicas experimentales y todavía siguen ahí en espera que autoricen su producción comercial. Igual puede suceder con el maíz y demás productos agrícolas. Una visión de ISAAA sobre el futuro de la humanidad es patético: para el 2050 la población mundial será de 9 mil millones de habitantes; sólo se cultivan mil 500 millones de hectáreas; hay mil millones de desnutridos en el mundo; habrá una merma de 3.4 por ciento en la producción mundial, y los aumentos en los precios de los alimentos continuarán. La respuesta a estos problemas está en la biotecnología con granos resistentes a sequías y plagas; menos usos de insecticidas y mayor protección al Medio Ambiente, pero México está rezagado y será superado por China e India. Cuando despierte, el mundo habrá cambiado y él seguirá dormido y en interminables discusiones bizantinas.

TLÁLOC INUNDÓ A SEDIENTOS DEL VM

No cabe duda que los humanos son ingratos con los dioses; con nada están contentos: Si hace calor, quieren frío; si hay sequía, quieren lluvia y así sucesivamente. Hace dos semanas, la falta de precipitaciones, el calor y sequía habían sentado sus reales, por los que la ciudadanía pedía lluvias y los más preocupados porque lloviera eran los políticos. Sin embargo, al iniciarse la semana pasada, Tláloc, Dios de la Lluvia, favoreció a sus demandantes adoradores. Les mandó agua; en general en el DF, llovió algo así como 84 litros de agua por metro cuadrado, según los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional; los políticos como Ramón Aguirre Díaz, juró y perjuró que el 6 de septiembre cayeron en la capital mexicana 27 millones de metros cúbicos de agua. Esa agua, dijo, era suficiente para llenar 13 veces el estadio Azteca; no sabemos de dónde sacó esa cifra, porque calcular el agua de precipitaciones no es cualquier baba de perico y si no me lo creen, que se lo pregunten a los chavos (4.1 millones) de Educación Media Superior que, en su gran mayoría, reprobó matemática. Bueno, lo que sí es cierto es que en la capital mexicana se inundó, pero como los políticos cambian de nombre a todo, cuando les conviene, dijeron que solamente eran encharcamientos, pero fueron más de 300 y el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México suspendió y evitó el aterrizaje de 272 vuelos. Tláloc les mandó suficiente lluvia a los habitantes del Valle de México, quienes se molestaron harto porque consideraron que lo llovido fue una grosería. En Atizapán de Zaragoza y Tlalnepantla les fue mal, pues en cuestión de dos horas les llovió 110 milímetros, lo cual reventó al Túnel del Emisor Poniente que cuenta con un grosor de más de medio metro de concreto reforzado. Así que la lluvia y el emisor roto se combinaron para inundar casas y cerca de 2 mil residencias, hospitales, comercios y oficinas públicas, además arrastraron autos y dejaron tres personas muertas.